La crisis de alfabetización en Argentina es un problema que afecta a miles de estudiantes. Según datos de Unicef y Unesco, uno de cada tres estudiantes llega al primer año del secundario sin comprender textos de manera adecuada. Esta cifra no es solo un dato estadístico, es la historia silenciada de chicos que transitan la escuela sin haber logrado lo más básico: leer y escribir.
En una conversación con una directora de una escuela de la Ciudad de Buenos Aires, me compartió su preocupación por varios alumnos de 7mo grado que no solo no leen, sino que no pueden escribir correctamente su nombre. Los docentes y directivos de escuelas se enfrentan todos los días a situaciones como estas y hacen grandes esfuerzos para compensar, acompañar y colaborar con niños que pareciera que no pueden progresar en el sistema.
La falta de acompañamiento personalizado, la ausencia de enseñanza de lectura en los últimos grados de primaria y en la secundaria, y la falta de fortalecimiento socioemocional son algunas de las causas que contribuyen a este problema. Un adolescente que no sabe leer suele esconderlo, temiendo la burla o el juicio, y siente vergüenza y baja autoestima.
Para revertir esta situación, es necesario construir confianza y ofrecer un acompañamiento personalizado. Los docentes y directivos deben creer en los estudiantes y estimular su interés por la lectura. Proponer textos con sentido y generar un vínculo con el lenguaje es clave para despertar el interés por leer.
Algunas ideas para planificar acciones con nuestros estudiantes incluyen:
- Empezar por lo que les interesa, no por lo que “deberían” leer
- Leer juntos, no imponer lecturas
- Habilitar el derecho a no entender todo
- Convertirlos en productores de textos
- Dar el ejemplo sin exigencia
La lectura es una actividad dinámica que requiere ejercicio y sistematización. Si nos lanzamos a la tarea de despertar interés por la lectura, debemos pensar nuestra clase como una búsqueda de información, respuestas y novedades. De esta manera, nuestros estudiantes comprenderán que leer es una forma de estar en el mundo, de entenderlo y transformarlo.
La alfabetización no es solo un problema del sistema educativo, es una herida que duele y condiciona la historia personal de cada estudiante. Sin embargo, todavía hay esperanza. Con un acompañamiento personalizado, motivación y confianza, podemos revertir esta situación y abrir la puerta a la lectura y al aprendizaje para todos.
Carlos Alberto Leiva
Más de Educación
La crisis de la lectura en Argentina: Un desafío para la educación
La crisis de alfabetización en Argentina afecta a miles de estudiantes, pero hay esperanza. En este post, exploramos cómo la lectura puede ser una herramienta de transformación y compartimos claves para docentes y padres para ayudar a los adolescentes a descubrir su poder. […]