La empresa Molinos Río de la Plata, perteneciente a la familia Pérez Companc, una de las más ricas de Argentina según Forbes, ha anunciado una serie de medidas drásticas que afectan directamente a sus trabajadores. La compañía justificó estas acciones debido a “la caída de las ventas”, lo que ha generado un gran descontento entre los empleados.
La Comisión Interna de Molinos Río de la Plata denunció que la empresa está llevando a cabo un proceso de reducción de personal que “deja la operación en la ilegalidad”. Según los trabajadores, el objetivo de la firma es producir la misma cantidad con menos personal, lo que pone en riesgo la salud y la seguridad de los empleados que permanezcan en sus puestos de trabajo. El delegado de la comisión interna, Luciano Greco, enfatizó que “quieren producir lo mismo con menos gente y eso lo pagaremos con hambre de las familias de los operarios despedidos y con la salud de quienes sigan trabajando”.
Los trabajadores han rechazado en asambleas la “extorsión de la empresa” y han manifestado su firmeza en la defensa de sus derechos. Greco destacó que “son 200 los puestos de trabajo que hoy existen” y subrayó que están dispuestos a “defenderlos”. Además, denunciaron que la empresa ha estado aprovechando la política antisindical del gobierno nacional para desconocer licencias por enfermedad y obligar a los trabajadores a denunciar accidentes laborales, lo que pone en riesgo sus derechos y su bienestar.
Molinos informó pérdidas en su último balance, atribuyendo el resultado negativo a que sus precios “aumentaron por debajo de los costos” y advirtiendo por un consumo “deprimido”. La compañía registró ingresos netos por $ 199.548 millones, lo que implicó una caída del 25,9% en términos reales respecto del mismo período del ejercicio anterior. Sin embargo, los trabajadores cuestionan la justificación de la empresa y sostienen que las medidas adoptadas son injustas y afectan directamente a sus condiciones laborales.
En este contexto, el conflicto en Molinos Río de la Plata pone de relieve las tensiones entre la empresa y sus trabajadores en un contexto de crisis económica y política. Mientras la empresa busca reducir costos y mantener su rentabilidad, los trabajadores luchan por defender sus derechos y condiciones laborales. La situación sigue siendo tensa y se desconoce cómo se resolverá el conflicto.
Carlos Alberto Leiva
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